jueves, 13 de enero de 2011

Adelante.

Cuando todo se te viene encima, y ya no sabes para donde mirar, como reaccionar, qué hacer... Entonces aparece una luz, una luz muy débil, pero que poco a poco con el tiempo va formándose una luz cegadora, de tal forma que ese agobio que tenías desaparece, antes todo era negro y ahora la luz te ciega. Ves la puerta por donde has de salir y corres a cruzarla, se abre sola y ahí estás, a punto de cruzar todos tus recuerdos, dejando atrás un sentimiento pero a su vez avanzando hacia muchos otros. A miles de nuevas experiencias a miles de momentos mejores y más entrañables, a alejarse de todo para poder continuar.
Hay que saber cruzar esa puerta y dejarse iluminar por la luz, porque quieras o no es la que te abrirá los ojos y no te quedas estancada en un momento concreto, puedes avanzar. ¿No es lo siempre se dice? Avanzar en definitiva es saber apreciar las cosas de la vida, pasar por momentos que hagan que tu vida no sea monótona, aburrida o simplemente no te limites a un solo momento. 



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