Muchas veces nos autoconvencemos de que no nos pasa algo, pero cuando ese "algo" se estalla contra ti, todo te supera, se te viene encima y entonces reflexionas y te das cuenta de que no, no era algo pasado, no está superado hay que volver atrás y afrontarlo con la mirada fija y la cabeza bien alta.
A veces si es necesario que suceda algo que te haga ver que todo va cambiando; que todos vamos progresando; que la gente se enamora, que vive, que disfruta. También que viene y que va.En definitiva, todo tiene un final, a veces es el final de una etapa, el final de una calle, el final de una relación, de una amistad, de la melodía de piano que escuchas una y otra vez... Para todo siempre hay un final y ese final no significa un abismo, ni mucho menos el fin del mundo, si no todo lo contrario, un gran "h o l a"a lo nuevo, otra nueva posibilidad, algo nuevo, posiblemente mejor y más bonito; ya que ese final cuando lo hayas aceptado y asimilado habrás madurado con él. Del final que hablo es una continuación, algo que te haga abrir lo ojos y decir hasta aquí hemos llegado, que puedas avanzar con o sin eso.
Tras haber pasado una mala noche, una noche rejada, borracha, contenta, soñadora, feliz, aburrida, nerviosa, ansiosa, preocupada... Una va aprendiendo que debe dejarse llevar por lo que venga, no estar siempre pendiente de que podrá pasar o como solucionarlo, no, dejar todo eso atrás y sonreírle a la vida, disfrutar de ella, porque cuando tienes 15 años y muchas cosas en la cabeza, demasiados compromisos no estás apreciando verdaderamente la vida, tú vida la que debes aprovecharla al máximo cada instante, cada segundo que pases debes vivirla como tú quieras, sin olvidar quien tiene el control que siempre serás tú. Recuerda: You have the control of your life.